Sacramentos

El Sacramento del Bautismo: Nacer a la vida nueva en Cristo

El Bautismo es el primer y fundamental sacramento de la vida cristiana. A través de él, se nos borra el pecado original, nacemos a la vida nueva en Cristo y pasamos a formar parte de la Iglesia, el Cuerpo Místico de Cristo. Para los católicos, no se trata de un simple rito simbólico, sino de una verdadera regeneración espiritual que deja una marca indeleble en el alma.

¿Qué es el Bautismo?

El Bautismo es el sacramento por el cual Dios nos da su gracia santificante, nos hace sus hijos adoptivos, miembros de Cristo y de la Iglesia. Según el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), “el Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el Espíritu” (CIC 1213).

Este sacramento nos libera del pecado original, nos incorpora a la comunidad de los creyentes y nos configura con Cristo. Es el primer paso para recibir los demás sacramentos.

Institución del Bautismo

Jesucristo instituyó el Bautismo cuando, después de resucitar, envió a sus discípulos con estas palabras: “Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28, 19).

Desde entonces, el Bautismo se realiza con agua y la fórmula trinitaria. El agua simboliza la purificación, pero también representa el paso de la muerte a la vida, como ocurrió en el paso del Mar Rojo o el Diluvio.

¿Qué efectos tiene el Bautismo?

El Bautismo produce efectos espirituales profundos:

  • Perdona todos los pecados, tanto el original como los personales si los hubiera.
  • Nos convierte en hijos de Dios y partícipes de la vida divina.
  • Nos incorpora a la Iglesia, Cuerpo de Cristo.
  • Nos hace templos del Espíritu Santo.
  • Imprime un carácter indeleble en el alma, razón por la cual solo se puede recibir una vez.

¿Quién puede bautizar?

El ministro ordinario del Bautismo es el obispo, el sacerdote o el diácono. Sin embargo, en caso de necesidad o peligro de muerte, cualquier persona, incluso no bautizada, puede bautizar, siempre que tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia y utilice la fórmula correcta: “Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”

¿Por qué se bautiza a los niños?

En la Iglesia Católica se practica el Bautismo de niños porque se desea que desde pequeños reciban la gracia de Dios y sean liberados del pecado original. Los padres y padrinos se comprometen a educarlos en la fe hasta que puedan confirmarla personalmente.

Esto se basa en la fe de la Iglesia, que se hace presente y eficaz en cada Bautismo. El niño, aunque no tiene uso de razón, recibe el don gratuito de la salvación, que luego deberá cultivar con su respuesta libre y consciente.

Compromisos del bautizado

El Bautismo no solo confiere gracia, sino que también implica un compromiso de vida cristiana. Quien ha sido bautizado está llamado a vivir como hijo de Dios, renunciando al pecado, profesando la fe, participando en la vida litúrgica y dando testimonio del Evangelio en su vida diaria.

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